No voy a reflexionar de por qué llegamos
a donde estamos hoy, encerrados, sin poder salir a dar un paseo y respirar bajo
el sol. Me voy a detener en eso de resistir, de tolerar o aguantar, de combatir
deseos, de oponerse a la acción o violencia de una energía1.
Resistiré, cantan muchos artistas conectados a través de pantallas mientras
otros miramos y escuchamos cada palabra con lágrimas en los ojos. Resistiré
toca la banda policial afuera de los hospitales y los médicos respiran y
nosotros miramos y seguimos con el corazón arrugado. Resistiré es el himno mundial
en este momento donde la realidad nos ha dado una patada en medio del estómago
y nos ha puesto cara a cara con el presente (y también nos tiene prendidos a
una pantalla).
Resistiremos y en el proceso de hacerlo,
¿nos estamos preguntando qué combatimos? Sí, un maldito virus que cruza
fronteras sin necesidad de pasaporte y no aprendió ningún idioma pero está en
boca de todos, tampoco lo podemos ver pero le tenemos más miedo que a nuestros
más oscuros pensamientos, ese virus es nuestro enemigo, igual de agresivo que
nuestra vanidad. Sigo pensando si además de resistir, vamos a poder, cada día
insistir y volver la mirada a lo importante.
Pongámonos en el lugar del otro,
decimos, seamos empáticos y menos egoístas, esto lo vamos a pasar juntos.
¿Cómo? Nadie sabe, menos yo. Y tampoco sé si se trata solamente de ponerse en
el lugar del otro o si mejor empezamos poniéndonos en nuestro propio lugar y
vamos descubriendo si en realidad lo que nos gusta es descubrirnos o mirar cómo
ese otro nos mira que nos descubrimos, o mejor aún, cómo ese otro nos mira
mirándonos. Resistiremos, no tengo duda, y milito la verdad de hacerlo en
comunidad, y también sé que somos presos de nuestras debilidades y que cada
forma de afrontarla es genuina.
Resistiremos, sí. Que cada uno siga y
persista en lo que cree que debe, en lo que puede y que cada día que pasa no sea uno menos, sea una
suma y podamos re-significar algunos conceptos que nos tienen todavía con el
nudo bien atado sin poder salir del encierro, no el físico, el otro, el más
difícil. Insistamos.
Esta crisis nos recuerda cruelmente la fragilidad de la vida humana. Por ahora sólo nos queda resistir, porque en las actuales circunstancias, resistir es vencer.
ResponderEliminarAsí es como un virus microscòpico pudo poner el mundo de cabeza, pero se qeu con aunque sea con unaedida de fe que sea como un grano de mostaza podremos enfrentar y salir victoriosos de esta situación. Vivir un día a la vez, disfrutando cada minuto, hora y segundo de nuestro día. Porque cada día mal vivido ya no volverá más, aunque estemos encerrados.
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