sábado, 20 de enero de 2018

ándale...

Hace algo más de dos semanas que estoy en México aprendiendo y descubriendo capítulos del arte que no conocía o que no desarrollaba, conociendo maestros en sus talleres (trabajando con ellos), conversando a través de libros y también enfrentándome a sus obras en varios museos. Muchas cosas buenas que suman y se destilan en mi interior para dar lugar a nuevas formas de decir, de mirar y de plantear una propuesta. 

En este recorrer calles y caminar bajo el sol o escuchar el sonido de la noche, en silencio, sin prisa, me quedo con algo que va más allá de lo que se puede coleccionar o presumir en fotografías, me quedo con la espiritualidad de este lugar.
Estos días han sido de silencio, a pesar del torbellino de actividades y encuentros, un silencio que necesitaba, un silencio quizás al que andaba escapando por momentos. Es muy difícil estar con uno mismo, de verdad, plenamente...en paz. En el camino de la vida, en este camino al que uno le pone tanto esfuerzo por lograr lo propuesto, a veces uno se olvida de dar los pasos en armonía y equilibrio con el interior, con lo que nos hace quienes somos, con eso que nos hace capaces de dar y recibir para crear la magia de existir. 

Es necesario respirar profundo y escuchar al cuerpo, respetarlo, conversar con el entorno, aprender de él, saber que todo fluye cuando hay gratitud, cuando las acciones son resultado de un proceso consciente de ser y estar aquí, ahora. Mi viaje a México está mejor de lo que pensé, me está confrontando con quien soy y con quien quiero ser, me ha puesto cara a cara con quien no quiero perder de vista. Esta tierra me está regalando la magia de ver que muchos caminos emprendidos no estaban errados, que está bien dirigir la mirada a "eso que no se ve ni se toca", que a las personas hay que amarlas todos los días, que un abrazo y una palabra pronunciada en el momento justo construyen fortalezas y que lo importante es aquello que nos dibuja las alas. 

Claro que estoy pintando más, que aprendí nuevas maneras de hacerlo, experimenté otros materiales...pero ahora, justo hoy, me quedo con eso que me hace decir GRACIAS. 
Gracias por el amor y por la vida, porque somos lo que somos y nos tenemos.

(aún tengo más calles por recorrer en este país de gente linda)


caminando

camino