Paris ♡
Caminé, dibujé, comí y
conversé mucho en Montmartre. Los jardines de la casa de Renoir sirvieron para
que me abstraiga y pase horas respirando ese aire a eternidad. Buena cosa es
sacar el estuche con pasteles y carboncillos en medio de tanta belleza. Me
adueñé de Montparnasse cenando en La
Coupole (era como escuchar todo el bullicio de los años 30, casi casi
que podía ver a todos esos artistas ahí sentados y a las damas parisinas
tomando el té mientras seducían a algún gigolo). París lo tomé como propio, los
jardines, los muchos cafés en los que entraba a escribir o pintar, la ópera, el
Panteón, La Escuela de Bellas Artes, tanto...todo. Visité el Louvre dos días
antes de partir, es un museo impresionante, desde el inicio la historia te
recuerda porqué sigue ahí y te propone conectarte con ella. Volúmenes y
construcciones de ideas reflejadas en obras, en objetos, en pensamientos
que siguen flotando y que siguen hablando. Insistí con Picasso y visité otro
museo, vi tanto que su energía implacable me dio impulso para no dejar de hacer
y seguir haciendo. Amo Paris, amo la manera de apoyarse en sus cimientos
y seguir a partir de ahí.
Terminé mi semana en Paris con
mi charla y exposición de dibujos. Una verdadera magia escuchar a las personas
comentar sobre mi propuesta. A manera que iba conversando sobre el origen y el
porqué de mi trabajo, iba resolviendo nuevas formas de ver. Gané mucho, gané
experiencia, una exposición colectiva el 15 de este mes en Paris (se quedaron
dos obras para esto) y varias obras se fueron a colecciones esa noche.
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Llegué
Berlin hace dos días y ahora comprendo mi incurable vicio por comer pan y
por salir de la norma. Berlin es Berlin, corre en vez de caminar, es resultado
de su historia y sobre todo del momento robado de su historia, donde todo o
mucho fue destruido. Resultado de una división abrupta que duró casi 27 años.
Otro robo aquel, ahora un regalo que recuerda muchas cosas y provoca tantas
otras. Justo ayer estaba caminando por Postdamer Platz y viendo y tocando
el Muro de Berlín, yo estaba por cumplir 12 años cuando dieron fin con esta
aberración y me acuerdo que en casa mi mamá lloraba de alegría (en ese momento
no entendía mucho, ahora se me estremece toda el alma). Lo primero que hice fue
comprarme mi guía de Lonely Planet, es muy útil, y un pase para transporte
público por 5 días, cuanta satisfacción es saber que todo está a tu alcance.
Después de eso comí pavo ahumado con pan y coca cola (estilo obrero mismo, me
encanta) en un local al frente de la estación Alexander Platz. Y bueno,
caminé al ritmo de los locales, a ratos tanta energía sobrepasa, pero no
mata. Ayer recorrí muchos museos y todos los lugares de visita obligatoria de la
historia anterior a la Segunda Guerra mundial, aunque todo tiene la marca
destructiva de la misma. Esa energía de brotar después de la
muerte es lo que me atrae tanto de esta ciudad. Como un imán, me quedo pegada a
su espíritu. Ah, me olvidaba comentarles mi sensación con respecto al
verde...pienso, al cruzar los parques en medio de todas las ciudades que estoy
visitando: quién diría que vengo de Sudamérica, de un lugar caliente y lleno de
vegetación pero que en mi ciudad hay ausencia de verde, de parques, de árboles
caprichosos, y de toda la vida al rededor que ellos genera. Una pena sentirse
turista en medio del verde urbano. Hoy me toca comenzar con la visita a una
tienda de material artístico (como si arrasar con la de París no hubiera
estado suficiente) y luego al Museo de Arte Contemporáneo, visitaré galerías
pero sobre todo quiero ir al East Side Gallery...la ciudad entera es un lienzo
para el arte urbano, que lindo! Ya les contaré. Ahora bajo a desayunar para
agarrar el TRAM.
Antes de despedirme les cuento dos cosas: la primera es que descubrí un espíritu que vive en mí que se siente bien atraído por los vacíos de las rieles del tren y del metro y quiere lanzarse, me da un poco de vértigo. La segunda y la más importante es escuchar cada día la voz de mis hijos, sentir a mi familia y dejarme llevar por un amor que solo le da la gana de crecer y seguir creciendo (love you more MrE). No puedo con mi forma, soy la más cursi del mundo mundial. Ah! y una tercera, me teñí el cabello...ahora lo tengo color chocolate (como el que me voy comiendo cuando llega la tarde). Hasta pronto.
Antes de despedirme les cuento dos cosas: la primera es que descubrí un espíritu que vive en mí que se siente bien atraído por los vacíos de las rieles del tren y del metro y quiere lanzarse, me da un poco de vértigo. La segunda y la más importante es escuchar cada día la voz de mis hijos, sentir a mi familia y dejarme llevar por un amor que solo le da la gana de crecer y seguir creciendo (love you more MrE). No puedo con mi forma, soy la más cursi del mundo mundial. Ah! y una tercera, me teñí el cabello...ahora lo tengo color chocolate (como el que me voy comiendo cuando llega la tarde). Hasta pronto.
En el taller de Suzanne Valadon
Shine
Montmartre
Una vista del Jardín de Renoir
(yo me quedé pintando entre los árboles)
El metro
Una tarde con lluvia y kir
Una silla de Giacometti en el Museo de Picasso
(las sillas y lámparas eran de él)
Ventana
La guía favorita
A punto de lanzarme a las rieles
La Catedral
Museo de Nacional de Arte
El mismo, otra vista
Interior del Museo Neues
Interior del Museo de Pérgamo
Una calle
Comenzó a llover
Vicio
Puerta de Brandeburgo
Reichstag
Camino
Monumento a los Judíos de Europa Asesinados
Monumento a los Judíos de Europa Asesinados
Ahí mismo
Postdamer Platz (muro)
Postdamer Platz (muro)
Postdamer Platz (muro)
Hermoso hermana, que alegría poder sentirte a través de tus palabras, que alegría y gracia la que estás viviendo. Vas a llegar más grande y fuerte, llena de sabiduría.
ResponderEliminarUn BESO.
hermosa, acabo de leer...gracias a vos por todo el amor y apoyo <3
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