Seguí en Berlin un par de días más, caminando mucho. Conocí dos bolivianos que residen allá hace tiempo. Un artista y un ángel (que también es artista) pero que con su amor me recompuso el alma que andaba en esos días con falta de azúcar, literal. Berlin es una ciudad tan llena de vida y orden (un orden que extrañé al llegar a la estación de trenes en Italia) y al mismo tiempo tiene un caos resultado de toda esa estructura que además me provoca volver y vivir un par de meses en la zona antigua alejada de turistas. El domingo 11 viajé a Kassel, donde se inauguró la documenta14 justo un día antes. Las tres horas en tren me sirvieron para escribir un poco y ver un documental que me pasaron. Llegué a la ciudad que es sede de la vanguardia en arte cada cinco años y salí a hacer un reconocimiento de campo porque recién comenzaría con la visita a documenta desde el lunes. De vuelta al hotel me crucé con unos artistas de Hong Kong que también llegaron para la exhibición y que se alojaban en mi hotel, nos quedamos muchas horas esa noche conversando sobre política, realidad social de nuestros países y arte, por supuesto. Lindo encuentro.
Llegó el día de comenzar mi vista en documenta14, mientras iba en el bus tenía unos nervios como si fuera mi primer día de clases en primaria, estaba con mucha energía que quería salir o mezclarse en algún lugar aún desconocido. Escribí un artículo sobre esta visita para el periódico La Razón que saldrá publicado justo hoy domingo pero que recién se podrá compartir el link el siguiente, así que no les cuento mucho a detalle sobre la muestra, más bien compartiré en una semana este escrito. Esa energía encontró lugares donde alojarse y volver cargada de mucha vida, de reflexiones, de certezas y también de cuestionamientos. La propuesta principal es crear un diálogo entre el arte, el artista y el visitante. Generar conexiones, componer caminos y respetar ausencias. Un reclamo de democracia bajo la mirada de cada artista ahí expuesto. Puedo decir que documenta14 es mucho más de lo que pensaba, removió en mí muchas cosas, me incomodaron otras (y esto es buenísimo), y los espacios entre muestra y muestra sirvieron para volar y conectarse con el entorno real. Kassel es igual una urbe con mucho verde, kilómetros y kilómetros de verde en medio de la ciudad y al rededor de ella.
Estos días re confirmé el sentido de coherencia en mi vida, es necesario pensar, decir y hacer aquello que nos hace únicos. Es necesario tomar conciencia que al mismo tiempo de todo esto, formamos parte de un colectivo que no tiene fronteras geográficas. La vida es el recorrido hasta llegar a la muerte física, es el espacio para encontrar los caminos hacia aquello que cada uno define como importante, como auténtico. Vivamos.
En Kassel tomé un tren hasta Venecia, fueron siete horas de viaje mirando esas postales de campos perfectos que me decían: este mundo es hermoso, viví! (creo que todo el viaje conspira para decirme lo mismo) Escuchar tantos idiomas estos días y observar tantas formas de ser, llenan mi libreta de dibujos rápidos y me hacen hablar en idiomas que desconozco totalmente. Llegué a Venecia con el objetivo de visitar la Bienal de Arte y ayer comencé la visita, antes de eso pasé un día y medio recorriendo callejones y dibujando como si tendría que conquistar algún record. Comí pasta acompañada de vino tinto mientras miraba pasar a las parejas enamoradas de distintas edades. Es que este aire de Italia es una llave al romanticismo, así como en Paris, el amor hace de las suyas. Me gusta observar los gestos cómplices de las parejas que por la calma de sus miradas denotan mucho tiempo de acompañarse, también esa gana de hacerlo bien de los recién casados y los padres de pequeños que se toman de la mano mientras sus hijos se adelantan corriendo, están también los padres de adolescentes que ya han vuelto a seducirse y caminan sin prisa mientras en medio de los abrazos se dan un beso y los hijos dejan el celular para reclamar compostura. Me terminé todo el vino gozando con el amor de mi entorno aunque muy acompañada del mío.
Ayer comencé la visita a la Bienal de Arte, hoy visitaré el espacio de Bolivia, no puedo perderme las muestras de Sol Mateo y José Ballivián. Me adelanto a comentarles que soy afortunada de poder estar en medio de todo esto, de lo bueno y de lo no muy bueno, de tantas provocaciones que generan pensamiento. Quiero terminar mi recorrido hoy para poder contarles "qué onda!".
Les dejo algunas fotos sin editar, nos vemos pronto.
No se olviden de vivir y de despojarse de verdades ajenas. La mía hoy es que disfruto este tiempo, que atesoro el amor de mis hijos (es un amor absolutista) y el poder ser su guía en esta vida, que agradezco los lazos inexplicables con mi familia (es un amor incondicional) y bendigo este otro amor que recorre cada rincón de mi piel y llega hasta el alma (es un amor feliz y sin urgencias).
En mi ventana, después de escribirle al atardecer
documenta14
Venecia sin tí
Venecia sobre algún puente
mi arte en Berlin
es bien
documenta14
yendo a documenta14
documenta14, Partenón de Marta Minujín
documenta14, Partenón de Marta Minujín
documenta14
documenta14
Kassel
Kassel
documenta14
documenta14
documenta14
documenta14
documenta14 (Performance de Guillermo Galindo)
documenta14
documenta14
documenta14
documenta14
documenta14
documenta14
documenta14
documenta14
documenta14
intervención urbana con objeto (roxana hartmann)
intervención urbana con objeto (roxana hartmann)
intervención urbana con objeto (roxana hartmann)
Kassel
pulsera de cuero pintada en Kassel que perdí en Venecia ayer
desayuno
este amor
ese amor
Venecia
Venecia
Venecia
Bienal de Arte en Venecia 2017
Bienal de Arte en Venecia 2017
Bienal de Arte en Venecia 2017
Bienal de Arte en Venecia 2017
Bienal de Arte en Venecia 2017
Bienal de Arte en Venecia 2017
Bienal de Arte en Venecia 2017
Bienal de Arte en Venecia 2017
Bienal de Arte en Venecia 2017
Bienal de Arte en Venecia 2017
esta mañana en Venecia